Una educación de calidad, equitativa y universal es una de las claves para lograr un desarrollo sostenible a largo plazo. A pesar de que todos los ODS son importantes para una consecución del desarrollo sostenible, la Educación juega un papel decisivo ya que permite formar y sensibilizar a las poblaciones para alcanzar un cambio duradero de la mano del progreso social y de la innovación tecnológica.
El ODS 4 sirve como herramienta para luchar contra las desigualdades que están impidiendo que todo el mundo tenga el mismo derecho a una vida digna. La educación permite aumentar las posibilidades de conseguir un empleo y mejorar así la calidad de vida a nivel personal y colectivo. No obstante, la escasez de recursos que muchas veces se da en núcleos rurales sumado a la falta de estabilidad del personal funcionario, impide un correcto desarrollo del ámbito académico. Según el Centro UNESCO del País Vasco, la población rica tiene 5 veces más posibilidades de acceder a la Educación que la población más pobre. Asimismo, la población urbana cuenta con 2 veces más de posibilidades de acceder a esta que la población residente en el entorno rural.
Este abandono institucional ligado a la escasa densidad de población que caracteriza a estas áreas está provocando que, en muchas ocasiones, además de mermar las posibilidades educativas de la población rural, se esté fomentando indirectamente el éxodo rural hacia las zonas urbanas y contribuyendo con la dinámica de vaciado de los pueblos.