- La Red Española de Desarrollo Rural desarrollará a lo largo de 2022 una campaña encaminada a incidir en el cambio de relato sobre el medio rural. Todas las acciones REDR de este año estarán dirigidas a elaborar una nueva narrativa alrededor de las áreas rurales, más cercana a su realidad. Sigue la campaña en redes sociales con el hashtag #MiradaRural.
La sociedad actual se ha acostumbrado a mirar sin ver o, lo que es lo mismo, a ver sin comprender. Si queremos revertir esta situación, debemos educar la mirada, sobre todo hacia lo rural. Como sociedad, debemos ser capaces de comprender la realidad del medio rural y no caer en simplificaciones -optimistas o pesimistas-, que convierten la imagen que tenemos de los pueblos en una sinécdoque, tomando la parte por el todo.
Una vez que hemos logrado centrar la mirada de la sociedad en el medio rural, ahora es el momento de ayudar a cambiar la narrativa. Hay un famoso mantra que dice que, para conservar algo, es necesario conocerlo, una enseñanza que podemos aplicar a la perfección a la realidad de nuestros pueblos. Pero, ¿conocemos realmente lo que significa la vida en el medio rural o hemos creado un relato distorsionado, alejado de su esencia, con una imagen embalsamada y anquilosada?
Desde REDR creemos que ahora es el momento de ayudar a cambiar el relato rural: tenemos que hacer un ejercicio de deconstrucción que nos haga entender mejor la idiosincrasia de los pueblos y sus habitantes. Debemos sacudirnos las ideas preconcebidas y aprender a mirar con un enfoque más abierto, inspirador y cercano.
Entre otras cosas, el relato más extendido se ha encargado de negar la coexistencia entre el modo de vida tradicional y las nuevas tecnologías como parte de ser y de vivir en el medio rural, edificando una narrativa paternalista y simplista, basada en una escenificación que no se corresponde con la realidad.
Nuestro relato quiere alejarse de la visión predominante, por eso habla de territorios llenos de vida y oportunidades; de población resiliente, comprometida con su cultura y sus recursos naturales y patrimoniales, e interesada por las tendencias, la innovación y las nuevas tecnologías; de solidaridad entre vecinos y sororidad entre mujeres; de creación de redes de solidaridad intergeneracionales… en definitiva, de un lugar que, pese a sus limitaciones, a las que intentamos dar solución, sigue aportando un sinfín de beneficios intangibles para los que allí viven, y sigue siendo imprescindible para el conjunto de la sociedad.